miércoles, 16 de septiembre de 2009

SOBRE HÉROES Y LIBROS

(fragmento)

Alfredo Herrera

Me he permitido este breve elogio del libro justamente porque hoy nos convoca la celebración de la aparición de un libro. Esta vez, Feliciano Padilla aparece con un nuevo objeto preciado bajo el brazo, como un pan a compartir con nosotros, los invitados de honor al primer bocado.
No es una obra nueva la que nos trae, sino, un objeto nuevo, un libro que alberga otra vez a los héroes, villanos y doncellas que han salido de la fértil imaginación de su autor y que a lo largo de los últimos años han recorrido páginas en revistas, antologías y libros, comprometiéndose con los lectores y generando en ellos, en nosotros, esas emociones que sólo la fantasía puede hacer realidad a través de la lectura.
Los cuentos que reúnen en Amarillito Amarilleando, son los mismos que aparecieron antes en Polifonía de la Piedra, por ejemplo, y que en su oportunidad recibieron los elogios que con justicia les corresponden, ya sea a través de comentarios, tesis o premios literarios. Por eso no son novedad para nosotros. Lo que sí es novedad es que al aparecer otra vez en nuevo formato, las historias nos sigan cautivando.
Ésta es tal vez la principal virtud de la capacidad creadora de Feliciano Padilla. Sus historias, nacidas de la cultura andina y escritas bajo la seriedad de la literatura universal, son frescas y muy humanas. Sus personajes son un retrato de la vida cotidiana que, como cualquiera de nosotros, tienen sus momentos extraordinarios de fantasía.
Otro detalle es que Padilla logra ser universal, por los temas que aborda desde la aldea, no sólo desde el espacio donde escribe sino de los espacios donde sus personajes viven, disfrutan y sufren su condición humana.
El libro de Padilla es pues el nuevo objeto que llega a nuestras manos con la frescura del pan recién horneado, y eso lo hace más notable, más cercano a nuestra propia condición humana, que estoy seguro, nos compromete a nosotros mismos desde las tragedias de sus personajes.
Que el libro ingrese pues a los anaqueles de la historia, al universo de papel, al mundo de héroes y villanos, con la fuerza que le da la cultura de su autor.
Finalmente, publicar en el Perú no hace a los autores más importantes o más conocidos; los hace más héroes, como sus propios personajes.

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